(Donde se pondera la paciencia investigatoria del PP
respecto a los atentados de marzo de 2004.)
Un Rajoy, ya talludito,
en el 2035
preguntará con ahínco
en su mental corralito
por el enigma marchito
de aquellos días de marzo,
y con débil metatarso
por las goteras de yayo,
no bajará del caballo
como hizo Pablo de Tarso.
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