(Donde se califica el discurso de Ratzinger previo al Cónclave
como doctrinalmente cinegético con el Espíritu Santo.)
La paloma sobrevuela
por la Capilla Sixtina
temiéndose la doctrina
de Ratzinger, que se encela,
mientras denuncia y desvela
la perfidia volteriana
y, antes hoy que mañana,
por si en votos no remonta,
tiene la escopeta pronta
y balas en la sotana.
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