(Donde se sostiene la incuestionable superioridad de la Iglesia
sobre Hollywood.)
Ni la Metro y su león
ni la Paramount nevada
ni la Warner, nadie, nada,
ni la Fox, bush y cañón,
alcanzan la inspiración
e instinto del espectáculo
de este secular cenáculo
que ha sido, es y será,
eterna Cinecittà,
la industria del Tabernáculo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario