(Díaz de Mera reaviva el culebrón entregando
una carta al señor juez.)
El pepero es que no aprende
con el culebrón de Mera,
quizás un milagro espera
o que se aparezca un duende,
porque en su demencia tiende
a la tozudez bronquista
del loco de la autopista
que, sin lógica viaria,
marcha en dirección contraria
impávido y fatalista.
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