
La pipera de mi infancia
fue rapada por ser roja;
no supe de su congoja,
su drama fue mi ignorancia,
y vivió sin importancia
(ante el niño que compraba
y ante el pueblo que olvidaba,
torpe, su memoria histórica)
sin defensa metafórica
ni canto a gente tan brava.
No hay comentarios:
Publicar un comentario