
Al pepero, que es muy fiel,
no le importan los expolios,
ni tropecientos mil folios
de delitos a granel
en la trama de Gürtel,
mas la cruel judicatura
no exime de su lectura
al periodista chismoso,
que liba harto dichoso
ese cáliz de amargura,
pues dicen que cobró, ¡ag!,
hasta el yernísimo Agag.
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