Acunó a Guillermo Tell,
inventó el reloj de cuco,
guarda dinero con truco
silenciando el cascabel,
e impide que el moro infiel,
no por infiel, por pobrete,
construya su minarete,
aunque ofrece su secreto
al petrosultán de asueto
con séquito y palacete.
(Aunque con lo de Dubai
el suizo está en un ¡ay!)
Se puede conjeturar
en mi repúblico gremio
que si el Rey recibe un premio
de manos del hosco Aznar,
le pueden organizar
a la coronada testa
una buena zapatiesta,
pues el señor del safari
obtiene de Josemari
lo que no suma, y le resta.
Cura roucoso, Munilla,
a la ciudad de Donostia
viene a predicar, ¡la hostia!,
desde su mitrada silla,
y muy pronto se le pilla,
pues sobre un tema candente
pontifica lo inocente,
sabiendo cómo su panda
en el verdor de la Irlanda
usó la función docente.
Pues gana otro catalán
tres estrellas Michelín,
a toque de cornetín
el castizo restorán
agarra un cabreo gran
con trompeteo de lo impreso
porque el chuletón con hueso
no recibe galardón.
¿O no es ésa la cuestión?
¿O no se trata de eso?
Advertir debiera Pons
cuando con palabra brava
interpela a Rubalcaba
--sea cualquiera la cuestión
sea con el verbo zumbón
sea con el asunto vasco--,
que aquel tostado de frasco,
ayer portavoz, Zaplana,
por cautela valenciana
siempre poníase casco.
Cuando la ETA ya no vale
para armar la escandalera
--siempre tocando madera--,
falta borroka en la kale,
y en ABC lo abertzale
no da portada abrasiva,
noto que el PP saliva
con un placer envidiable
por el pifostio probable
si hay sentencia conflictiva.
Respondes ni si, ni no,
sino todo lo contrario,
y tienes al partidario
--y más al que te votó--
tan cansados, pienso yo,
de oirte hablar en el medio
en el político predio,
que dirán que ni y que ni,
que ni con tí, ni sin tí
tienen sus males remedio.
El líder pontevedrés
Mariano Rajoy Brey
unas Tablas de la Ley
escribe cual Moisés;
un divertido entremés,
la prueba del algodón
tras meses de sofocón,
pues, cayéndose de un guindo,
azota en discurso lindo
la pérfida corrupción.
Porque rima en consonante
el Sitel con la Gurtel,
el honorable pincel
--ferrari azul al volante--
cual si fuera un traficante,
un caco, un mafioso ruso
un terrorista recluso
o un fugitivo fiscal,
quiere conjurar su mal
con este argumento iluso.
¡Conejos de la chistera
saca la hueste pepera!
Al que yace en Cuelgamuros
impasible el ademán
y presente en el afán
de la España del bromuro
que hacía paredón de un muro,
a ese mago de la terna
con flebitis en la pierna,
a ese icono malasombra,
en estos días se le nombra
ídolo de la caverna.
Con diez arroces a banda,
vaya tropa, ¡cuanta pela!,
esto es una novela
del pepero somalí,
Gurtel pirata que llaman,
por su mesura, El Bufido,
de querellar conocido
y dado al maravedí.
El dinero arrimadizo
en viaje paradisiaco,
el lucro de origen caco,
el beneficio chorizo,
o el pastuqui huidizo
del calibre de Gurtel
necesitan un SITEL,
un ávido de los datos
que a estos suculentos gatos
les coloque el cascabel.(A J. P. )
En la dicha no hay relato,
y atestan enciclopedias
mil relatos de tragedias,
y de este secuestro ingrato
quedan, junto a un mal relato,
de alacranes un montón,
y esto viene a colación
por cierto ruido selecto
que se ha perdido en directo
su más negra predicción.
Objeto de cuchufleta
por verlo todo bonito,
cadavérico exquisito,
en Ferrari, en camioneta,
este prócer majareta,
político sin consuelo
que hoy persigue a un jovenzuelo
y ayer de Rajoy fue báculo,
muestra con este espectáculo
que de tonto tiene un pelo.
En Ferrari azul gaviota
con pibón de copiloto
Forrest Camps vende la moto
--como si uno fuera idiota--
de que no es una chacota
a costa de don Mariano,
quién, con fervor feliciano,
notando que alguien le mea
agradece tanta urea
de este fangio valenciano.
El bilingüismo de Aznar,
Espe, Rouco el capellán,
el reciente Forrest Camps,
Rato en las charlas de bar,
el gurtélico trincar
de ese Bigotes de cine,
el tiberio que origine
la sinhueso de Correa,
y lo peor de todo, ¡ea!,
que la crisis se termine.
Inicias ya la digital batalla,
despiértase tu bálano dormido,
ya la sangre presiona tu libido,
ya la cosa predica su gran talla.
Hay silencio, ninguna faramalla,
a lo sumo, jadeo comedido,
que acaso el cilindro florecido
agradece la mano que no falla.
Ya se mueve la máquina implacable,
ya avisa la sesera vigilante,
ya sientes la cosquilla irrefrenable,
ya tu mano se cierra sofocante
y acontece, ¡Dios mío!, lo impepinable:
que Príapo se muestra inoperante.
El Alakrana y sus líos
Esperanza y las pajillas
Matas y las escobillas
los ceutíes amoríos
Laporta y sus desvaríos
Alcorcón (donde las dan)
Rajoy siempre catalán
excomulgueitor Camino,
y aparcada en un camino
la camioneta de Camps.
Puñeta, onanismo, bananera,
cáscársela, pulírsela, matársela,
gallarda, machacársela, templársela,
manopla, solitario, bola, pera,
ale manita, paja, platanera,
manuela, capuchón, ñoña, jalársela,
chaqueta, afición, yuca, tocársela,
juguete con juguete, paragüera,
macoca, pampimplársela, roscón,
pascuala, estrujársela, tejérsela,
gayola, dedear, masturbación,
sexteto, prolongársela, corrérsela,
muñeca con muñeco, arremangón,
porla, cusca, medírsela, hacérsela.
Huéspedes de frenopático,
usuarios del diván,
ha ingresado en vuestro clan
cierto líder carismático
con grande globo aerostático,
y esta Ilustre Raridad,
esta Rara Autoridad,
ida como vuestra gente,
resulta ser Presidente
de la Generalidad.
Probar el rancio vicio subrepticio
que la gente desprecia por ser paja
es recordar que goza de ventaja
tomado como tántrico ejercicio.
Lo malo de este sano beneficio
de castigar la boa cabizbaja
--o, en su caso, la mínima migaja--
es que tuvo ayer pena de cilicio.
Mas no fue nunca práctica exclusiva
del clero; hoy castúa, la plebeya
e izquierdista pericia evacuativa,
la afónica, la íntima epopeya,
el hábito, la usanza tan lasciva
es maña universal, es la manuella.
En la charla de taberna
o en el docto editorial
se lleva poner fatal
no sólo al que mal gobierna,
sino al nefasto que alterna;
pero, ¡coño!, que esa crítica
gusta a la diestra granítica,
que en Franco se aconsejó:
"hagan lo mismo que yo,
que no me meto en política".
Por las tierras europeas
jubilan el crucifijo
con el feroz regocijo
de las izquierdas ateas,
que se pasan que no veas,
y a las cuales participo
que tan genial logotipo
--viejo cual vasija etrusca--
es lo que el márketing busca:
de tan simple, un arquetipo.(Dedicado a G. P. D.)
Camino a salto de Matas,
cuando me llueve Gurtel
mi paraguas es SITEL,
si se rebelan las gatas
recambio las candidatas,
mas, si el que nunca se apaga,
el inclito Manuel Fraga,
para más algarabía
duda de mi jerarquía,
¡ven, Bruto, ya con la daga!
Sabemos que la justicia
es de retina compleja,
más saco de moraleja
que bien se muestra propicia
con Millet y su codicia,
con la sastrería de Camps
y con las islas Caymán;
todos ejemplos en boga
en el mundo de la toga,
tan sin miedo al qué dirán.
Siendo a veces medicina
la peligrosa cicuta,
demos, sin cobrar minuta,
esta idea paladina
que el caletre rebobina
en busca de lo más cierto
para el carca boquiabierto
por haber tantos pepés:
recurrir al "Un, dos, tres"
y que regrese el ruperto.
Pues somos todos Hacienda
-- el currante y el galáctico --
me parece muy didáctico
que, si la fiscal jodienda
para nadie tiene enmienda,
en el fútbol rojigualdo
golee Cristiano Ronaldo,
marque Kaká de tacón
o haga Messi un jugadón,
a pagar, que tienen saldo.
Por más que la risa es buena
para nuestro corazón,
y el episodio zumbón
o la verdulera escena
nos alivian de la pena,
a esta tropa iconoclasta
en su anarquista subasta
que a Bakunin ya supera,
a este PP, la repera,
hay que decirle ¡ya basta!
Costa, number two de Camps,
el vicealcalde faltón
del gaseoso Gallardón,
y un banquero con afán
que de Aguirre es edecán,
purgan por su desacato
a Rajoy y su liderato,
que sólo arrea contundente
al simple lugarteniente
(y el país se ríe un rato
porque pasado mañana
proseguirá la tangana).
Tanta identificación
se observa en este trajín
entre corrupto y botín,
que este chorizo y ladrón
en acto sin parangón
perpetra su desvarío
con el envase al vacío
como si fueran chorizos
del saqueo por los pisos.
¡Curioso lo de este tío!