
Quien vio al marine artillado
con el napalm en Vietnam,
y en todo el mundo, pam, pam,
contempla desconcertado
que, tocado por el Hado
de un Obama que años siga,
poco ya se le fustiga
por la izquierda penitente,
porque el Haití padeciente
lo trata de fuerza amiga.
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