
Nuestro programa se esconde,
niega al vulgo su porqué,
su quién, su cuánto, su qué,
y en lo nuclear su dónde,
no sea que me desfonde;
del despido oculto cuánto
y a quién; y en el entretanto
con la boca a cal y canto
y mis adverbios callando
a esperar el día, ¿cuándo?,
que me traiga un adelanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario