
Roldán sube al autobús,
Güemes se va de soslayo,
reaparece don Tamayo
--tal vez reclama algún plus
por su jugada de mus--,
le entra a Aguirre la jindama,
y el público, que se escama
bajo el cielo matritense,
ve una peli de suspense
mientras palomitas jama.
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