
Ni soy de los de Tomás,
ni viví las guerras púnicas,
ni uso disfraces, ni túnicas,
ni busco interés, ni cash,
ni tengo a nadie detrás,
ni en mi caletre está el quid,
ni señalo a ningún cid,
pero los dedos me quemo
por obstar lo que más temo:
que siga Aguirre en Madrid.
(Dedicado a J. I. C.)
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