Tal cual lo veo, Camerón,
en las elecciones medras
con otro "Lloviendo piedras"
con Thatcher de solución
en tu moderna versión
de miseria variopinta,
y todo tiene la pinta
de que la people se espera
otro Ken Loach que dé cera
mientras toman una pinta.
Si rapaces del parqué
volando del extranjero
arramblan con tu dinero,
buena gente del PP,
por responsabilité
y pensando en tu bolsillo
exige a don Marianillo
que guarde la carabina
y se tome en copa fina
en Moncloa un carajillo,
de la forma que se usa
en la política lusa.
Dícen que a José Tomás
le operan sin anestesia,
la misma que dan a Grecia
país a punto del crash
las hordas del fácil cash,
y rematan faenón
estos tres del callejón
que le meten el ahormo
sin pizca de cloroformo
al Estatut sin perdón.
Nos sale el físico inglés
parlando de extraterrestres,
temas dados por rupestres,
sin querer ser descortés,
al menos por dos o tres
mil cerebros prodigiosos,
--no Ikers, Jiménez, ni Osos,
glosadores de pamemas--,
e infinitos teoremas
de capiscar fastidiosos.
Tras manifas del aborto,
exorcismos por De Juana,
y vudú a la vaticana
contra el gay por faldicorto,
el derechío pasicorto
de la Plaza de Colón,
hoy, por su santo cojón,
dice con inquina y jeta
que quien busca en la cuneta
mete al Supremo presión.
Bien lo lleva Cospedal:
en Murcia defiende el agua,
y en el Tajo, la piragua
varada en el sequedal,
del Bárcenas sumarial
sufre en Génova marcaje,
en Valencia por un traje
toda la peña se mofa,
balbucea ante la alcachofa
y hasta falla el padrinaje.
La pederastia en el clero,
la amnesia certificada
(setenta años no es nada
para el guardián del lucero),
el cariño verdadero
del político arrumaco
al Gurtel afrodisiaco,
esta derechona bizca
que en el Estado se cisca,
y el crimen de Puerto Hurraco.
Ey, volcán tan puñetero,
jamás pude imaginar
fin de semana de ociar
jacarandoso y fiestero
llamando del extranjero
jödido por la ceniza,
kafkiana y con poca prisa,
ubicándome en el suelo,
lacrimando por un vuelo
lejos de tanta paliza.
Espe, ayer, en un agarre
vomitaba el treinta y cuatro,
y acentuando el teatro
con desparpajo y desbarre
motejaba de aquelarre
no considerar prescrito
al genocida Franquito,
y es que con esta derecha,
en esta tardía fecha,
basta rascar un poquito.
Con tu peinado tazón
y el antigringuismo a salvo
peroras sobre lo calvo
y al gay pones en cuestión,
pero tu disquisición,
ecóloga y pachamama,
sobre actos de la cama
y las ralas cabelleras
por falta de entendederas
a cierta izquierda le escama.
Por inclemencias del chut,
con el 1-3 del BarÇa
se reescribe la farsa:
ceniza en el Estatut,
Catalunya está fotut,
exultante el ABC
--por causa del balompié--
y explicando la caverna,
siempre con la España eterna,
que, al fin, Garzón es culé.
Ni blanquísimos tocados
por la Plaza de San Pedro,
ni Sor Citröen sin arredro,
ni clausuras sin pecados
fabricando mantecados
y sólo con Dios casorio,
ni doña Inés, del Tenorio,
ni la monja felliniana,
ni la estirpe teresiana,
¡estoy contra ese accesorio!
Toma del frasco, Carrasco,
diez mil euros y despacho,
votan PP sin empacho
tres diputados de asco
el Bosch, el Viejo y el Vasco,
y la doña Calcetines
con guiños de los ojines
en pleno Gurtel vigente
los expulsa tiernamente
con mediáticos mohines.
Mentar hoy tengo prohibido
al Luis Bárcenas que huye
de la ceniza que fluye,
y al depilado y pulido
Bigotes desperrugido,
por centrarme en una idea:
el tema tiene correa,
y el Rajoy arrastrapiés
con sofoco y languidez
no echa gota cuando mea.
El Rajoy y la Esperanza,
potenciales insumisos,
dan dos consejos precisos
sobre Gurtel, que no cansa,
en temas de pasta gansa:
evitar toda diatriba
al impuesto relativa
robando en base imponible,
y no pagar, si es posible,
esos dos puntos del IVA.
Si Correa no es pistolero,
ni Bárcenas falangista,
si no hay cuneta fascista
para guardar el dinero,
y las fosas, compañero,
ayer las cavó Caín,
¿por qué estos brindis, ¡chin chin!,
por aplicarle a Garzón
gurteliano paredón
o recibos de Botín?
A este sátrapa textil,
viajero a tiempo completo,
se le ha mudado el careto
y se le nota febril,
pues fuera de su cubil,
llegado el doce de mayo,
puede recibir un fallo
pleno de galimatías
que arruine las sastrerías
y deje sin cresta al gallo.
Las hostias en los colegios
por las acciones impuras,
los toqueteos de los curas,
los patrióticos arpegios,
los infames privilegios,
la silenciosa mirada,
la mentira despiadada,
el gasógeno ignorante,
y la memoria elefante
de una histórica emboscada.
Pasados cuarenta años
de letal escabechina,
con treinta más de propina,
entre togas, entre escaños
y otros medios aledaños,
el criminal evidente,
Centinela de Occidente,
está muy vivo, parece,
su legado no perece
y, aun difunto, enseña el diente.
Folio tropecientos mil
setecientos veinticinco.
El lector ha dado un brinco
porque el yerno zascandil,
el del "clan de Becerril",
era de la patulea
del tan célebre Correa,
y ejerció de trapichero
quizá cobrando, peajero,
una comisión, o sea.
En la política pugna,
siguiendo a Mayor Oreja
y a Cascos, que nunca ceja,
cierta Cospedal propugna
una idea que repugna,
y es decir que el repugnante
debe volverse impugnante,
mientras hace caso omiso
de que hubo mucho chorizo
con Génova colindante.
Siendo, como es, Zapatero
irredento hincha del BarÇa,
y el Madrid simple comparsa
por segundo en el tablero,
anda el sanedrín pepero
mohino y meditabundo,
temiendo que un CIS rotundo
y metafórico diga
que cuando acabe la Liga
Rajoy quedará segundo.
Cara al Sol en la cuneta nueva
que tú montaste al rojo ayer,
me hallará la suerte si lo lleva
y no lo vuelvo a ver.
Formaré junto a sus compañeros
que hacen guardia de togas y fueros,
impasible el ademán,
y están
presentes en nuestro plan.
Si me dices que caí,
yo ví
la basca que tengo allí.
Volverán puñetas victoriosas
la cosa no puede fallar
y traerán pedidas entre otras cosas
banquillo a Baltasar.
Aunque suene voz gacetillera
que por cielo, tierra y mar se espera,
arriba diestras a vencer
que mi España vuelve a aparecer.
Aplicó, sí, la escobilla
en el pasado al Miláns,
al Armada y a sus fans
como Tejero, o Ynestrilla,
pero se mostró pardilla
con la franquistona casta
que con lenguaje gimnasta
sin atender a razón
quiere cargarse a Garzón
con un togazo entusiasta.
Político de pelaje
y dirigente de aúpa,
con cabellera de okupa
y algún facial desencaje,
ejerce un duro marcaje
del barbado caballero
que viendo robar dinero
en las praderas cercanas
pretende llamarse andanas
(igual que el sioux pendenciero).
Ánsar, Cascos, Fraga, Arenas,
Correa, Lucas, Trillo,
Villalobos, Posada, Rajoy,
Bárcenas, Acebes, Gallardón,
Naseiro, Mayor, Matutes,
Camps, Bigotes, Ramallo,
Aguirre, Albondiguilla,
Tocino, Matas, Zaplana.
Bárcenas, turista él,
con un maletín obeso
nos la quiere dar con queso
suizo, y en plan Gurtel,
vistió de Guillermo Tell,
se agenció un reloj de cuco,
un rólex, que es un peluco
muy currado en el quilate,
el más fino chocolate
y algún resguardo con truco.
Son las diez de la mañana
de un fresco siete de abril
del año diez de dosmil
y el de la barba entrecana
con arenosa galbana
al silencio se remite
y en tan cómodo escondite
contempla que toda España
flipa, murmura y se extraña
de que al Bárcenas no quite.
Tras semejante foliazo,
que me tiene compungido,
les diré que yo no he sido,
añadiendo, por si acaso,
que este sandunguero caso
donde los míos pillan cacho
pide anunciar sin empacho
la medida contundente
que reclama mucha gente:
¡el Bárcenas, sin despacho!
Ay, Pedreira, que hoy le dejas
sin anchoas de aperitivo,
sin el vino rojo vivo
de las riberas añejas,
sin albariño y almejas,
sin paella universal
marinera o vegetal,
sin madrileño cocido
con su hueso revenido,
y sin postre al personal.
En el púlpito perora
y resulta ser un pulpo,
mas por ello no le culpo,
que su maña pecadora
a este preste no desdora,
pues la furia vaticana
a esta dolencia profana
tan común como un esguince
da una protección de lince
frente a la clac volteriana.
Ya es hora, PP de mi alma,
cambia el icono tribal
sobre ese azul celestial,
más con prisa que con calma:
si de Gurtel hasta Palma
se ve que tu hueste pilla
y el olor de alcantarilla
en estos tiempos se nota,
¡que quiten a la gaviota,
y pongan una escobilla!
Hoy, cautivo y desarmado
el vil ejército rojo,
con la libertad en despojo,
nuestra guerra ha teminado:
las tropas han alcanzado
contando muertos y vivos
sus últimos objetivos
militares, con Garzón
fuera de jurisdicción
y del mundo de los divos.