
Ni blanquísimos tocados
por la Plaza de San Pedro,
ni Sor Citröen sin arredro,
ni clausuras sin pecados
fabricando mantecados
y sólo con Dios casorio,
ni doña Inés, del Tenorio,
ni la monja felliniana,
ni la estirpe teresiana,
¡estoy contra ese accesorio!
No hay comentarios:
Publicar un comentario