
Calma, cordobeses, calma
con la intervención diabólica,
porque la Iglesia Católica,
siempre pendiente del alma,
viendo a Cajasur que palma
por atracón de ladrillo,
piensa en su propio bolsillo,
ya que el Espíritu Santo,
con ser un palomo santo,
no es un pájaro pardillo.
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