
El estupendo traidor
Ánsar nos sale en Melilla
por ver si algún eco pilla
su trompeta y su tambor,
animando en su torpor
a la harka marianista,
y nos evoca el bronquista
para gozo del tertulio
un cierto día de Julio,
aparte la Reconquista.
(A C. F. M.)
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