Dicen que dices, Mariano,
que Cameron te camela
por quitar money a la escuela,
olvidarse del anciano,
mostrarse asaz draconiano
con la plebe funcionaria,
y a la sanidad precaria
meter navaja barbera,
aunque tú tocas madera,
saboreando un buen faria.
Por luchar no sólo un día,
por luchar no sólo un año,
por luchar por tantos años,
por luchar toda la vida,
por tu extensa rebeldía,
por llegar a lo imposible
por un futuro inasible,
en palabras de Bertolt,
fuiste muy bueno, el mejor,
y has llegado a imprescindible.
Artistas del tocomocho,
concejales con un plus,
carteristas de autobús,
troleros tipo Pinocho,
sumarios tamaño tocho,
padrinos modelo Brando
en la buchaca guardando,
y una certeza absoluta:
quienes llevan la batuta
allí seguirán mangando.
Se nos presenta Soraya,
seguida por dos sicarios
de modales tabernarios,
y, social donde las haya,
nota que el micro le falla,
intenta la zapatiesta
y el debate manifiesta
que el Rubalcaba tribuno
se merienda tres en uno,
con Rajoy en plena siesta.
El corrupio y encamado
PP de las entretelas
bien pilladas por las pelas
y con jefe ensabanado,
vive en el silencio armado,
con su Brunete cañí,
sus chistes con Wikilí,
y el terror a Rubalcaba,
por si algún terror acaba
y tararí que te ví.
Esa paguita modesta,
esos canijos haberes
de los que cobra un Juan Pérez,
esa soldada compuesta,
esa quiebra manifiesta,
ese óbolo de arrabal,
ese parné monacal,
ese proletario momio,
ese laboral binomio,
ese chollo, Cospedal.
Al alcalde asaz ramero,
al suripanto sin coto
que con lenguaje cocoto
rufianea sin decoro
-- ni sufrir ningún desdoro
de su alta capitanía--
a ese pendango, diría,
por maturrango y bacante,
que ningún desodorante
tapa su bellaquería.
La magia del otrosí,
entre la arena, la cal
y el arcano judicial,
auxilia con frenesí
a la mierda marbellí,
los textiles antojitos
y tantos chupaderitos,
que logran que sus asuntos
empiecen como presuntos
y acaben como prescritos.
La hez de Valladolid
y la hiel monocromática
de la Brunete mediática
contra el cántabro adalid
descubre cuál es el quid:
cuando enfrente cunde el pánico,
recurrir a lo galvánico,
y en el mítin y el debate
arrear leña al primate
hasta que charle en británico.
¡Cuán gritan esos malditos!
¡Pero mal rayo me parta
si, en concluyendo la carta,
no pagan caros sus gritos!
Gritan que hoy más lejitos
está lo que estaba hecho,
y discuten mi derecho:
catar del poder el goce
cuando llegue 2012,
sin levantarme del lecho.
Cada miércoles del año,
suple a la Soraya brava,
encárate a Rubalcaba,
ponte de pie en el escaño,
enardece a tu rebaño
con un centón de cuestiones
sobre el paro, las pensiones,
o el perenne tema vasco,
búscate sus ovaciones,
mas no te olvides del casco.
La zorra con la gallina,
el escorpión con la rana,
la carcundia y la sardana,
Obama entre el té y la China,
París y la gasolina,
un marianista fanático,
Jose Mourinho simpático,
Sarkozy sindicalista,
y Ánsar ecologista
por lo del cambio climático.
Aquí se hospeda
con gran sigilo,
sabanitas de hilo,
colcha de seda,
colcha de seda,
almohada en la cama,
y un buen programa:
dirigir el asedio
un año y medio
con el pijama.
A un panal de rica miel
muchas moscas acudieron
y por golosas vivieron
puestas sus patas en él,
y don Carlos y el Gurtel
con su estadística ciencia
enseñan que la indecencia
no es asunto que dé el cante
en Castellón, Alicante,
y, por supuesto, en Valencia.
La nocturna Venta El Gato
con su tertulia de tasca,
los abucheos de la basca,
el del puro, un gurripato,
las cuadras del aznarato,
el clan de las gallinejas,
las nuevas camisas viejas,
el eructo de cantina,
la velada con gomina
y la tirria con el Zejas.
Aunque vaya de aguafiestas,
pregunto sinceramente
si con la minera gente
y sus familias modestas
no subirá (en las encuestas)
el que, asomado al brocal
de este pozo emocional
y apellidado Piñera,
con roja chupa minera
exhibe mueca global.
Pinza: "Último artejo de algunas patas de
ciertos artrópodos, como el cangrejo,
el alacrán, etc., formado con dos piezas
que pueden aproximarse entre sí y sirven
como órganos prensores". (Diccionario de la Real
Academia Española)Unos órganos prensores
que en los artrópodos vi
se aproximan entre sí
con fines depredadores
por estos alrededores;
los poseen los cangrejos
al cabo de sus artejos,
y los usa el alacrán
con un venenoso afán
que viene desde muy lejos.
El izquierdoso no aprende:
oye regurgitaciones
de los sanchos bermellones
sobre el voto que desciende,
y al punto el pánico prende
y se preparan con celo
las espaldas al flagelo,
augurándose rencillas,
disparos en las rodillas
y campanadas de duelo.
El melómano concreto
de los amoríos abstractos
los operísticos actos
y el fraudulento dueto,
el manirroto completo,
el que, esperando a Godot,
mira a diario el tarot,
se descuelga arrabalero,
insultando a Zapatero
con mohines del argot.
Visto el caso desde fuera
y contemplado el paisaje,
el carmesí paisanaje
y la hostialidad listera,
veo una sóla manera
de olvidar el puntapié
y el ojo a la virulé:
perseguir la malparanza
de la absoluta Esperanza
con la solución teté.
Ese bufón velazqueño,
ídolo de capillitas,
siempre se va de rositas,
porque, insultador pequeño
y juntaletras cermeño
que en el fango subarrienda,
es un grasiosito prenda
y su tósiga facundia
enloquece a la carcundia
con su boñiga estupenda.
Año y medio todavía,
dieciocho meses de adiós,
semanas setenta y dos,
medio millar y algún día,
diez mil horas, ¡madre mía!,
mas, madrugando su gozo,
fiada al muy largo acoso
y, mascullando en la espera,
ya la diestra escopetera
reparte la piel del oso.
Con vaticano sermón
por premiarse en Estocolmo
un método que es el colmo
para la procreación,
y, afín a la tradición,
nuestra Iglesia analfabeta
detesta el bebé-probeta,
y, arrostrando el vil pecado,
pide sexo santiguado,
dícese bebé-polveta.
Distinguir quiero y no puedo
entre las negras noticias
algunos restos de albricias,
por resistir con denuedo
junto a basca de mi credo
las querellas catalanas,
las de mayo, ya cercanas,
y el menoscabo en la encuesta
frente al del puro y la siesta
que siempre se llama andanas.
(O, en rimas calderonianas:
¡Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo!)
Esperanza, dime tú,
a quién quieres que no vote,
quién temes más que te bote,
quién te provoca yuyú,
ilumíname, gurú,
con antídotos y agravios,
con fruncimiento de labios,
con temblor en la garganta,
que Spinela se decanta
por esos síntomas sabios.