jueves, octubre 07, 2010

Antonio Burgos


Ese bufón velazqueño,
ídolo de capillitas,
siempre se va de rositas,
porque, insultador pequeño
y juntaletras cermeño
que en el fango subarrienda,
es un grasiosito prenda
y su tósiga facundia
enloquece a la carcundia
con su boñiga estupenda.

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