Al Mubarak no le basta
el lacrimógeno gas,
o el estacazo, zas, zas,
de la policía entusiasta,
ni la mazmorra nefasta;
tiene en el punto de mira
el internet de la ira,
el móvil que les hilvana
el plan de guerrilla urbana,
y la tele de Al Yazira.
Lo que más te mola a tí,
más que en Egipto haga crac
el tirano Mubarak,
más que caiga el Ben Alí,
es que se vaya el saudí
(aunque, por culpa del crudo,
ese asunto está más crudo),
y que haya salidas turcas,
sin las barbas y los burkas
del islam más colmilludo.
La negra Cospedal cita,
de nuevo, al halcón maltés,
a Perry Mason, ¡pardiez!,
al Bogart con pajarita,
a Poirot y su abuelita,
las llamadas del cartero,
a Carvalho, el celtibero,
al Silver Kane de mi infancia,
al Simenon de la Francia,
y, seguro, a Zapatero.
Ante el acuerdo social,
(para la derecha, un susto)
por ocultar el disgusto
porque no le sale mal
a este Gobierno juncal,
el PP se da a la tila
y vuelve a dar la barrila
(Arenas y Pons mediante)
con el cordón detonante
y la célebre mochila.
Si convierten el Retiro
en verde confesionario,
por Dios, que soy partidario
ya que oxígeno respiro,
pues, si al pasado yo miro,
siendo aún un monicaco,
el fuerte olor a sobaco
de algún sombrío kiosko
me arrastró, lo reconozco,
al abismo demoniaco.
Berlusconi quiere ser,
entre bacante y bacante,
como Karmele Marchante,
imita a Jorge Javier,
a Mila en su menester,
a la Patiño también,
a la ínclita Belén
que dice lo que no piensa,
y a Mariñas sin vergüenza.
Todo sea por su harén.
Sevilla tuvo que ser
con su lunita plateada
testigo de mi poder
bajo la noche callada,
y no me voy a caer
de la Giralda en pijama,
porque siempre he comprendido
de Machín el pentagrama:
todo queda en el olvido
y en el cajón mi programa.
Que alguien avise a este menda,
Mariano de las Victorias,
que se cuentan mil historias
con predicción estupenda
y final pifia tremenda,
y que no olvide un detalle,
que la veleidosa calle
entre el estruendo que suena
capta el andar de la hiena
y hace que el agüero falle.
Ni Sade en su mismidad,
ni mis versos de cordel
al Berlusconi corcel
ganan en procacidad,
mas la catolicidad,
siempre en moral con la maza,
se muestra discreta y laxa
con la nocturna sandunga
que apellidan bunga-bunga.
¡El asunto tiene guasa!
Un encaje de bolillos
hace el PP diariamente
--o, directamente, miente--
pues dice por los corrillos
que hoy no quiere pinganillos,
ni la ley Antitabaco,
y el grandísimo bellaco
ayer habló en su defensa
--y lo reflejó la prensa--.
Todo por armar el taco.
Tras un cuarto de centuria,
quien fue del bando epistólico
me pone bien melancólico
en estos días de penuria,
pues, desde el ruido y la furia,
la movida y el sarao;
desde el del terno cruzao;
desde aquél no pasarán,
pasó la zurda al diván
y la diestra ya ha pasao.
Un rosario, una cañita,
un bikini y un cilicio,
unas gambitas de vicio,
un whisky, agua bendita,
la Telemadrid, que excita
el fervor ultramundano,
y, por tórrido verano,
a la hora de la siesta,
una grey algo traspuesta
lo quiera o no el Vaticano.
Con su moral maleable,
¿qué nos diría la caverna
si hubiera una subalterna
relación conjeturable
de una agresión execrable
con grupos de su rincón?
Que es libertad de expresión,
como la bronca indecente
que a Zapatero y su gente
le montaron en Colón.
En tiempos de tanto susto
algún signo de esperanza
se vislumbra en lontonanza
tras el alboroto justo,
que aplaudo con sumo gusto:
que, occisa la satrapía,
no suene la melodía
fundamentalista arcaica,
y haya una revuelta laica,
sin ínfulas de sharía.
A dormir sin el pijama
acostumbra Berlusconi
y ciertas tretas de money
le nublan el panorama,
porque los tratos de cama
con extenuaciones yayas,
junto a las "gotas malayas"
de la cruel judicatura,
quizás, en fecha futura,
le pongan pijama a rayas.
(La fuga a Túnez, cual Craxi,
está descartada, o casi)
Carlos Sáinz en su arenal,
Contador en el descenso,
el raudo Jorge Lorenzo,
o Alonso en su pedestal,
con la rapidez papal
en hacer santo a Woytila
sin la sacra retahíla
de milagros fehacientes
se ponen largos de dientes
y tienen que tomar tila.
Hubiera cosa peor
para la carcundia aciaga
que la terrorista plaga
prosiga en plan matador,
y es que salga "ganador"
en la paz tan deseable
el gobierno abominable;
así que insidias, falacias,
lexatín de las farmacias,
y en el asunto, ni un cable.
Ves las series de la Fox
y Aznar escucha ¡din, don!;
vas a FAES, la fundación,
y el que más cobra es el boss;
Wall Street nos da una coz
y él ingresa del Ruperto;
ENDESA se lo da muerto
si tú enciendes la bombilla;
pues de tantos sitios pilla
es aplicable este aserto:
¡este Ánsar de la camorra
no olvida pasar la gorra!
Ni vereda, ni sendero,
ni rodeo, ni rastrojal,
ni subrepticio andurrial,
ni cañada del arriero,
ni fantasmal derrotero,
ni vericueto, ni vía,
ni vado, ni travesía;
el único itinerario:
firmar el obituario
y entregar la artillería.
Por ser factótum notorio
el de Solares suscita
cuando mueve la manita
algún rumor sucesorio,
mas, detrás de este jolgorio,
nadie le niega trayecto,
labia filosa, intelecto,
y algo que es una premisa:
la persistente ojeriza
del carca pluscuamperfecto.
Pues las faenas de hogar
a Rajoy se le dan bien
-- el chupchup en la sartén,
la práctica en ahorrar
el jabón para lavar,
y el cocinarse, jolines,
un lunes en los maitines
al campanu en escabeche --
¡lleva, Espe, a toda leche
al tinte tus calcetines!
El mesón de Guadalmina
con franquismo en el sobaco
nos quiere vender tabaco,
nos despacha nicotina
con cavernaria doctrina,
pone birras con espuma
con un pestazo que abruma,
y defiende pendenciero
que, quiera o no Zapatero,
hasta la abuela allí fuma.
Hete, andarín fumador,
con un sucinto atavío
y tiritando de frío;
legislado con rencor
y afán menoscabador
por el Poder que señala
que la nicotina es mala;
sin café, ni carajillo,
porque la calle, chiquillo,
se ha vuelto tu narcosala.
Con Monse Rouco fumao
excomulgando a Pajín,
y algún cura julandrín
convidando a Cola-Cao,
tuvimos nuevo sarao
en la Plaza de Colón,
con abrigos de visón,
santurrones en familia,
gritones con necrofilia
y alusiones al calzón.
Froto mis ojos, lo juro:
a un cierto púgil sonado
un gran líder acostado,
don Marianico, en plan duro,
recién le ha metido un puro,
y a cierto sexagenario,
ex-general secretario
que con Espe del bracete
a la hueste le malmete,
le hace pasar el quinario.