Voy al cine y me adoctrinan
con realistas falacias;
me emocionan las desgracias
de algún Windsor; me combinan
con actores que fascinan
hipocresía anglicana
con querencia hitleriana:
¡A ver si me voy a ver
más monárquico que ayer
pero menos que mañana!
"He sido vuestro casero
y acreedor soberano,
vuestro dictador decano;
os contraté como armero,
fuí en Italia futbolero
por Berlusconi querido,
vuestro malo arrepentido,
vuestro sórdido payaso,
y queréis mi último paso
como suicida abatido".
Detesto el pudoroso latinajo,
mi lengua reivindica dicha cosa,
bien digo lengua, lengua bulliciosa,
obrera lengua, lengua del destajo.
Tan fácil es hacerlo que un cascajo,
incapaz de blandir la quisquillosa
por alcanzar la edad menesterosa,
promueve con la móvil agasajo.
Al hilo de estos versos nada eternos
de lírica salaz y trama puerca,
confieso que a las Musas pongo cuernos,
ya que persisto en vil postura terca,
y si me lleva la sed a los infiernos,
me bajo en el pilón, que está más cerca.
Es tan áureo el personaje,
es su efigie tan sublime
que pide que se le mime
con un digital trucaje,
porque el vulgar paisanaje
acaso trasmine mal
en su nariz principal,
y, siendo un edil tan top,
necesita el Photoshop
en su foto electoral.
Gallardón, el impoluto
de la poluta Madrid
ha preparado un ardid,
un recurso bien astuto:
traspasar el usufruto
de su muy caro carisma
a aquella que por sí misma,
entre perales, manzanos
y nitrógenos urbanos,
se rompería la crisma.
Todo quisque fue valiente,
menos yo con mi acojone,
y me causa descojone
la memoria de la gente,
cuando el coronel teniente
y su turbamulta pedo
en un fascista remedo
secuestraron el Congreso;
porque yo vi, lo confieso,
lo más parecido al miedo.
La caverna, detective
de la militar cagada,
ve en los trajines de Armada
la prueba de un rey proclive,
y cree en que Elvis vive,
en la España meapilas
de teléfonos de Gila,
en el elefante blanco,
en un resurrecto Franco,
y en marzo con sus mochilas.
Estampas de treinta años:
un Tejero delincuente,
luz del facheo hoy presente
sin disimulos tacaños
en micrófonos y escaños,
algún que otro casquillo,
e, impertérrito, Carrillo,
desafiante y sentado
entre el paisaje agachado,
fumándose un cigarrillo.
El Gadafi que la izquierda
trató con calientes paños,
con el correr de los años
se hizo tirano de mierda,
y este caso me recuerda
que el progre desconcertado
debe escoger con cuidado
ciertas garitas que guarda,
pues, aunque la verdad tarda,
el de la jaima, el zumbado,
e indumentario payaso,
es matarife en su ocaso.
Un Bahréin sin Alonso,
un Yemen en el atraso,
un Túnez sin hotelazo
y algún suicidio a lo bonzo,
un faraón sin responso,
Gadafi con la chabola
que se la lleva la ola,
y en el tenis y en el gol
un qatarí bajo el sol
apadrinando la bola.
Rebusco en mi baúl de matemático
ideas y conceptos racionales,
asíntotas, entornos, integrales
y ese punto, tan ralo y axiomático.
Tomando las funciones de gramático
reciclo palabrejas magistrales:
afijos, decrementos, ideales,
y pretendo ser claro y sistemático.
Mas no puedo olvidar en esta glosa
los vectores, el pi de tanta fama,
la tangente, de siempre tan hermosa.
Hay mucho que nombrar, hay tanta cosa,
que acaso necesite otra mañana.
Yo no culpo a Supermán
por el sablazo evidente,
culpo a la crédula gente
que ha persistido en ser fan
del recurrente truhán
que, a las claritas del día,
ofreció la mercancía
de los intereses gordos;
los que, a los avisos, sordos,
le entregaron la alcancía.
¿Por qué molestáis, pardiez,
sacando tales minucias,
sabiendo que hay mil argucias,
tras un rato, o dos, o tres,
para que esta putridez
caiga mediáticamente
y el olvido de la gente
permita que estos vivales,
mediando o no tribunales,
se lo lleven crudamente?
En su alto picadero,
este rijoso provecto
y contumaz reelecto,
cavaliere, caballero
y nocturnal menorero,
(aunque, Ruby, te lo callas),
tiene mil trajes a rayas
e imagen jacarandosa,
mas la giustizia, que acosa,
le pondrá un traje de rayas.
Muchas mentiras y gordas,
una cosa y su contraria,
cualquier frase lapidaria
contra las sociatas hordas;
González Pons, tú lo bordas,
y tu verbal indecencia
se mira con aquiescencia
por tu patrón el tumbao,
que olvida que tó el pescao
no está vendido en Valencia.
Al fin triunfó la gente.
¿Quién es el sultán siguiente?
Corrompompón, corrompo, corrompepero, peró,
corrompo, corrom pepero, peró,
corrompo, corrompom pons.
Está Aguirre entre tus flores
y Soraya de amapola,
y tú eliges a Dolores,
Dolores, Lolita, Lola.
Y tú, y tú escoges a Dolores
pará, para soltar la bobada,
Doló, Dolores, Lolita, Lola.
Corrompompón, corrompo, corrompepero, peró,
corrompo, corrom pepero, peró,
corrompo, corrompom pons.
A chicos de mucha cara
hoy les ponen un candao
por hacer cosas muy raras
y ese gallego acostao, que ve,
que ve unas cositas raras, esé,
ese gallego acostao que te,
que te apunta y no dispara.
Corrompompón, corrompo, corrompepero, peró,
corrompo, corrom pepero, peró,
corrompo, corrompom pons.
Cuando fumas un habano
te vienen con los gurteles,
es Camps ese valenciano
que lleva traje de reyes, es Ca,
es Camps, ese valenciano, que lle,
que lleva traje de reyes y al,
y al Bigotes de la mano.
Corrompompón, corrompo, corrompepero, peró,
corrompo, corrom pepero, peró,
corrompo, corrompom pons.
Por mucho que el pueblo grite
desde las repletas plazas,
con diversas añagazas
el Mubarak no dimite
y, pegado con loctite,
ni viaja en ataúd
al reino del rey Saud,
ni agrada a Barack Obama,
ni su discurso mojama
sosiega a la juventud.
Al pico y pala en las Cortes
llegará Su Señoría
y por mucho que sonría,
sus vástagos y consortes
desnudarán sus importes,
el consejito, el despacho,
o las pilladas de cacho;
y esto causará dolores
en ciertos trabajadores,
y gozo en el populacho.
El aire de la botella
recogido en los madriles
con sus moléculas viles
en el pulmón deja huella,
mas no importa, porque ella
ha confinado el chivato
en lugares donde el dato
no refleje la neblina
que en el cielo se empecina
en jodernos el olfato.
En los hitos egipcianos
la revuelta twiteada
va camino de la nada
con sus piedras en las manos,
con yanquis juegos de manos,
Mubarak diciendo nones,
los camelleros cabrones,
monta tanto, tanto monta,
y el turista que remonta
el Nilo en sus vacaciones.
Estatutos impolutos,
frases de legal belleza,
discursos sin aspereza,
dejación de los tributos
y mortales usufrutos
de la serpiente pitón,
encomios de la razón,
logomaquias en euskaro;
pero sin estar muy claro
si ETA sigue de moscón.
Debido a mi mala fama
como no me esfume pronto
varios peligros afronto:
crueles collejas de Obama,
de Wikileaks cablegrama,
arduos mohínes de Europa,
más Al Yazira en la sopa,
carraspeo israelí,
sanos miedos del saudí,
preavisos de mi tropa,
y la chusma que me emplaza
vivaqueando en la plaza.
Sale Merkel con lindezas
después de mirar con lupa,
el PIB no quiere hacer pupa,
hay alabanzas francesas,
firman curritos y empresas
con el Gobierno, ¡chan, chan!,
y al PP pelafustán,
con su milicia mediática
y su Moncloa matemática,
se les escapa el faisán.
Mi remedio de pardillo
para que bancos y cajas
superen sus horas bajas
y descuadres de estadillo
por la crisis del ladrillo
es que los mil patatales
que hipotecaron, ¡vivales!,
llenos de arbustos y matas,
sean sembrados de patatas,
melones o cereales.
(Dedicado a J. I. C.)
Porque no entiende su letra,
porque al Pacto dice nones
y perdió dos elecciones,
porque silencios perpetra
y su imagen no penetra
entre el cuerpo electoral,
este mudo temporal,
por más que diga la encuesta,
lo que tendrá será siesta
de pijama y orinal.
Me está poniendo nervioso
un cierto faraón tarra,
el Mubarak, que se agarra
a su sillón oprobioso,
y desconoce el acoso
de la gente, hasta un millón,
que le prepara el avión
destino a los arenales
de esos señores feudales
en eterna vacación.