viernes, febrero 11, 2011

Vete de una puñetera vez (IV)


Por mucho que el pueblo grite
desde las repletas plazas,
con diversas añagazas
el Mubarak no dimite
y, pegado con loctite,
ni viaja en ataúd
al reino del rey Saud,
ni agrada a Barack Obama,
ni su discurso mojama
sosiega a la juventud.

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