
Fue ayer la izquierda elegante
en un episodio grave
(no digo cual, que se sabe),
mas la diestra tertuliante,
con Hipócrates liante,
desbarra con mala baba,
ciertas dolencias agrava,
y en su insolencia debida
exagera sin medida
la fiebre de Rubalcaba.
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