La ermita
Quiera Dios y lo permita
que mi caballito al trote
no se canse ni se agote
y me lleve hasta la ermita
el domingo, que esta cita
desde siempre la acaricio,
que es mi vida, que es mi vicio,
y fue fuente de mis penas,
y como me llamo Arenas
me tiene sorbío el juicio.
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