Mariano, de pronto, pilla
a ministros que se dan
patadas con mucho afán
en las mismas espinillas
y piensa: qué gentecilla,
cuánto ademán peleón,
cómo quitar la ilusión
de que aquí no pintan nada,
que mi jerarquía tumbada
es ya un trámite teutón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario