Las ganas que le tenemos
al que te mandó el sicario
no impide a este obituario
recordar a tanto memo
tu destreza en el extremo,
tu designio de alacrán,
tus usos del "qué dirán",
la variedad enigmática
de tus chaquetas metálicas,
tu vocación de chamán
y tus raras aficiones
a inventar conspiraciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario