¿Declarar la Cris? ¡Ni muerta!
¡Ni aunque lo exija la gente!
Mas será compareciente
si entra por trasera puerta
sin despertar las alertas
del mediático mundillo
como Iñaki, su amorcillo,
que con su cara de espanto
sufrió de un previo quebranto:
la pena del paseíllo.
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