En la revuelta corrala
del peperío madrileño
Botella, fruncido el ceño,
tira a Cifuentes con bala
y en la misma martingala
la Aguirre mete cuchara,
mas ten una cosa clara,
que, pese a la quemazón,
al llegar la votación
verás que la bronca para
pues la trifulca bravía
sólo era corralería.
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