Historias de la puta vida

Hablas tú de puta vida
y no de la vida puta
que a diario se disfruta
en las idas y venidas
del que no tiene cabida
en vuestro edén virtual,
que no es más que el ideal
de la riqueza tacaña
y la pobreza aledaña
con la condición feudal.

Albricias en la prensa

Tras estadísticas varias
con albricias en la prensa
el buen peatón se piensa
que es licencia literaria
decir "batallón de parias",
que al paro lo están menguando
los peperos con su mando,
y que según sabios hondos
la crisis ya tocó fondo,
(aunque seguimos cavando).

Una joya

¿De dónde sale esta joya
del Círculo de Empresarios
que con sus denuestos varios
ha formado la de Troya?
No es que se le fué la olla,
es que le sirve al Gobierno
para, negando el infierno,
aplicar el purgatorio
en su afán persecutorio
del parado subalterno.

El chollo de la Mezquita

Cuando por tres perras gordas
a Córdoba se le quita
su muy célebre Mezquita,
el cabreo, la rabia sorda
por el país se desborda
y la peña se pregunta
por la laicidad difunta,
y hasta cuándo la sotana
con astucia perillana
va a mandar más que la Junta.

Elpidio versus Blesa

Por albergar en presidio
con pruebas irrefutables
a este Blesa impresentable
con dotes de gran ofidio
juzgan al bueno de Elpidio
como si fuera un mangante,
y resulta chirriante
que se vaya de rositas
el que dejó sin su guita
a tanto depositante.

El suplicio de la rana

Sube la temperatura
del agua y la ranita
ni croa, la pobrecita;
tampoco la criatura
altera su nadadura
por unos grados de más;
y los que vienen detrás
sólo provocan picor
y tal vez un estertor,
hasta que, de pronto, ya,
hierve el agua sin barreras
y le llega la postrera.

Candidaturas

¡Florezcan candidaturas
de la izquierda variopinta,
todas con tan buena pinta,
todas con razones puras!
Mas tu mente conjetura
que esa táctica excelente
así, generosamente, 
se debiera compartir
por sí pudiera servir
a la diestra que está enfrente.

¿Cañete de la Calzada?

Tras el siempre chispeante
señorito de Jerez
está la ful cachondez
de la clase dominante,
y conviene que el votante
poco dado a distinguir
a la hora de elegir
tenga mucho cuidadito
porque ni vota al Chiquito
ni el Cañete es de reír.

Antinecrológica

Que deshagan a ese Gabo,
que le quiten los caireles
de los ángeles Gabrieles,
que, a la sombra del guayabo,
se precipiten al cabo
en la mudez impotente,
y que dejen a la gente
disfrutar con levedad
cien años sin soledad
en cercanía del ausente.

Cebrián

Porque te apelas Cebrián
al progre acusas de jeta
porque usando la tableta
consigue quitarle el pan
al manager supermán,
y le llevas a tragar
ditirambos para Aznar,
girando como la noria,
que del pozo de tu historia
el agua vuelve a sacar.

Ganas de República

Bien se les notan las ganas
al muy lerdo Urdangarín,
a la santa del pijín,
al armado de Botswana,
proboscida de sabana,
a tanto sobrevenido
monárquico decidido,
al ABC sempiterno,
a la gente del Gobierno
y a la calle con su ruido.

La izquierda penitente

El gusto por el flagelo
de la izquierda penitente
es un hecho muy patente
y sin duda viene al pelo
en estos días de duelo
pues salen en procesión
a punto de sofocón
la Esperanza Macarena
y la Hermandad de las Penas
mientras reza el Buen Ladrón.

La diestra y la siniestra

Vislumbro a la zona diestra,
que perdió en Andalucía
y anda miajita perdía,
queriendo coger palestra
porque ven en la siniestra
proyectos algo cruzados
y notan por ese lado
que los del izquierdo abrazo
se están dando cabezazos
por un sino endemoniado.

Cañete candidato

Para el orondo Cañete
un cortao, una tostá
de manteca colorá,
un morcón bien regordete,
una ración de chanquetes,
una lubina de estero,
y, para final fiestero,
un chispazo de alcohol puro
y a votar nuestro futuro
de país de camareros.

La ríspida

La jueza, ríspida chica,
que reclama tu atención,
sea por redundar bodón
o por cómo notifica,
tal vez hasta prevarica,
pero no lo digas alto
por si te da un sobresalto
mandando un guardia civil
que te saca del cubil
portando fusil de asalto.

El tema catalán

Lo que encabrona del tema
y le da más pesadez
es que es la enésima vez
que se salva de la quema
la lógica del sistema,
pues la pugna de banderas
al grito de ¡más madera!
según marca el ritual
para la gente irá mal,
porque es simple tapadera
de ambas clases dominantes
(como decían los de antes).

La clasista jacarandosa

Esperanza Aguirre, tú,
clasista jacarandosa,
como quién quiere la cosa,
en Gran Vía, a plena luz,
impides que el autobús
use el carril ordinario
y el pifostio es tan palmario
que la población te zumba
mientras prepara tu tumba
el gallego, tu adversario.

Gymkana

¡El dinero que no pare!
Arranque en tren desde Arganda,
el que pita más que anda,
viaje allende los mares
a Panamá y Delaware,
y, borrando toda huella,
a Islas Vírgenes, tan bellas,
y a la alpina Liechtenstein,
para acabar el vaivén
en un ático en Marbella.

Ocho apellidos trastos

Ahí los tienes, trastos viejos,
prestos todos a caer:
Báñez, Gallardón y Wert,
Mato, que viene de lejos,
las chisteras y conejos
de los Guindos y Montoros,
Soria, el chispas de oro,
el verbalmente andariego
Margallo sin gran sosiego,
y Fernández, Guardia Moro.
(Y paro el trasquilimocho
porque ya pasan de ocho).