Ante un crimen tan horrendo,
ante tal crueldad y daño
que no mitigan los años,
después de todo, aprendo
del disparo, del estruendo,
y las impolutas vidas
me enseñan, casi a escondidas,
cada día cinco de agosto,
aquel agujero angosto
de violencia forajida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario