La cosa no te concuerda,
pues con un siglo buscando
por atajos y meandros
la solución a esta mierda
desde el lado de la izquierda
(cuadrando cobros y pagos
y sin sociales estragos),
el recurso navideño
te deja fruncido el ceño:
¿la carta a los Reyes Magos?
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