Con el Palacio de Invierno
en la mente bien dispuesta
quieres sumarte a la gresca
para salir del infierno,
más tu retorcido cuerno
capta bravatas de bar,
consignas de un raro Marx
gritadas con algún arte
y el viaje a ninguna parte
como no cabría esperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario