Mientras al alba me afeito
oigo hablar de un viejo pillo,
cierto Federico Trillo,
el oculto picapleitos
de Gürtel, y me deleito,
pues han cogido al chorizo
metiendo cuchara en guiso,
sin huevos, ni perejil,
pero con trescientos mil
eurazos, sin dar aviso.
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