En el día del entierro
de la aciaga Izquierda Unida,
algo hay que no se olvida,
los militantes de hierro
que en la cárcel o el destierro,
año a año, mes a mes,
mantuvieron el pecé
contra el viento y la marea
y están ya, sin albacea,
a la sombra del ciprés.
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