Se nos duele Arturo Mas,
que va de púgil sonado,
porque al procés se le ha dado
en el mundo luz de gas,
ya que, tras fama fugaz
en el Wall Street Journal,
vino la yihad global
a meterse como cuña
y el caso de Catalunya
volvió a ser tema local
(y cosa de Antonio Baños
desde ya, hasta fin de año).
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