Mariano, ya estás a punto
de dar pena al enemigo,
al ver cómo los amigos
te consideran difunto,
como un Aznar cejijunto,
la condesa de Bombay,
muchos cargos (que los hay)
que no metieron la mano,
y no pocos tertulianos
que ya te dicen nanay.
¡Pedro y Pablo, de agarrón,
tu tabla de salvación!
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