Pues Carmen, Tita Cervera,
hoy la Thyssen-Bornemisza,
habla y responsabiliza
a su crecida chequera
de su desdicha cunera,
yo pido al lector atento
que no ponga impedimento
con sarcasmo demagogo
a tan verbal desahogo
y comprenda su lamento
cuando los pufos afloran.
¡Que los ricos también lloran!
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