Aunque odies el delito,
compadece al delincuente.
Por eso aquí es tan frecuente,
desde cuando el abuelito
mandó en el país bendito,
que no pague el choriceo,
y por tal razón deseo
que no tiren de la manta
en la Gürtel, pues me espanta
saber que el negro flirteo,
incluso a la luz diurna,
mete votos en la urna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario