domingo, noviembre 27, 2016

Calentar la silla

Observando lo de Iceta
y otras patéticas fugas,
temo, Pedro, que apechugas
con un porvenir que inquieta,
pues no sé si hay filas prietas
en la que manda en Sevilla,
ni si lo tuyo encasquilla,
porque, visto desde atrás,
fallaste al no ser capaz
de calentarle la silla.

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