Aunque metiera la pata
por algún chiste sin gracia,
no es justa la contumacia
con la que al edil Zapata
en la diestra se le trata,
y yo saco en conclusión
que en esta persecución
de año y medio y sin sosiego
algo importante está en juego:
la libertad de expresión.
(Y medio kilo de tasas,
que tampoco tiene gracia.)
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