Cuidado con las cabezas,
porque, si bajan el techo,
por la vía de los hechos
está encima de la mesa
la austeridad que no cesa,
pues inocente, indolora
y aprobada en media hora,
tal norma depuratoria
cumple sin pena y con gloria
con su función cortadora,
que del sí, naturalmente,
hace un no, evidentemente.
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