Ay, Trillo, pues escapaste
de un tan justísimo asedio
poniendo tierra por medio,
al silencio le encargaste
la memoria del desastre,
y al chiste de ¡Manda huevos!,
deberás sufrir de nuevo
el tesón de las familias
siempre en perpetua vigilia,
siempre en constante relevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario