Oculto tras la maleza
de las trifulcas ajenas,
Mariano Rajoy frena
la alegría genovesa,
y al tiempo que el boss bosteza
propone este argumentario
para el discurso diario:
cuando se les vea pegarse,
un error no debe darse,
distraer al adversario,
así que en nuestro congreso
besos, besos, muchos besos.
de las trifulcas ajenas,
Mariano Rajoy frena
la alegría genovesa,
y al tiempo que el boss bosteza
propone este argumentario
para el discurso diario:
cuando se les vea pegarse,
un error no debe darse,
distraer al adversario,
así que en nuestro congreso
besos, besos, muchos besos.
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