que valen cincuenta mil
un dadivoso cerril
te donó como homenaje,
y, ante el posible agiotage
al que tal regalo apunta,
inmediata es la pregunta
que se hace toda Francia:
árbitro de la elegancia,
¿tomamos por ya difunta
tu terca candidatura,
o prima tu cara dura?
No hay comentarios:
Publicar un comentario