En el PP son costumbre
los pellizquitos de monja
junto a públicas lisonjas,
mas si acontece quejumbre
con quien cojea en la cumbre,
o no sigue los dictados,
o no es ladrón esmerado
que manga sin dejar rastro,
o es un mal politicastro,
o a Marhuenda ha cabreado,
hay ya cruces de navajas
y a llamativas mortajas.
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