ni la corrupción y tal,
ni el hachazo laboral,
ni que a tu voto convenzas,
me asombra la desvergüenza
con que actúas en el Congreso,
que siempre salgas ileso
de la palabra enemiga,
y que te importe una higa
tanto el vituperio grueso
como el venablo sensato.
¿Hay aquí encerrado gato?
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