Con ignorancia fanática
pregunto dónde está el truco,
el truco del almendruco,
de estas lumbreras mediáticas
con sus lumbres catedráticas,
para estar hasta en la sopa,
y es que el negocio se dopa
porque no se hace ni caso
al que curra entre los cazos,
esa filántropa tropa
que pone la hoja de eneldo
por la cara, sin un sueldo.
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