En una infame injerencia,
Alemania dió su venia
a Croacia y Eslovenia
para ir a la independencia
con la sabida secuencia
de escisiones, genocidios
y conflictos que no envidio,
pues se habían descoyuntado
los pilares del Estado.
Por eso voy del fastidio
a la alarma, y hasta el pánico,
por el recuerdo balcánico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario