miércoles, diciembre 27, 2017

A Rosario la espina

Unas décadas después
oyes casi por chiripa
que la vieja de las pipas
que te surtía en tu niñez,
por su roja plebeyez
mostrada unos años antes,
sufrió un rapado infamante
y una dosis de ricino
que recetó algún vecino
como remedio laxante.
Así pues, sin gran retórica,
eso es la memoria histórica.

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