Envidia dáis a Rimbaud,
a Verlaine y a Mallarmé,
porque una y otra vez
decís con hilo de voz
que el voto del 1-O,
y la escisión melancólica,
que marchó, rauda y eólica,
queriendo asaltar el cielo,
era ante todo un camelo,
era una cosa simbólica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario