El día de San Valentín
me invita a filosofar
en el aula o en el bar
y señalar que el tilín
por dentro carga lo ruín,
pues la experiencia que acopio
en dídimos y falopios
heridos por el ardor
dice que el más puro amor,
sin duda, es el amor propio.
(Dedicado a G. P. D.)
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