Hacienda nos da una lista
en la que no están los listos
que con bufetes provistos
de aguerridos fiscalistas
tienen recursos y pistas
para bajar la factura,
desgravando con soltura,
y viajando a otras Haciendas
con una menor jodienda
(arriesgando en la aventura
una fuga por pinreles
o panameños papeles).
Chirigotero, Joserra,
Cabanes, carca de aldea,
el tío Margallo gallea,
pero el duelo en la alta sierra
es la subterránea guerra
a gritos entre Casado,
el celéreo abogado,
Cospedal, la maestra armera,
y la leal costurera
de Mariano, el destronado.
Con un brindis acompaño
su inminente exhumación
(por ser ex-humillación
después de cuarenta años),
y el gerifalte de antaño
que repose eternamente
donde decida su gente,
para que la mucha basca
que es franquista si se rasca
se haga selfies y lo cuente.
Hay alarma y turbación
entre los seis gladiadores
por el bajón de electores,
pues el célebre millón
ha sufrido una abducción
y, buscando con candil,
quedaron sesenta mil.
¿Ante tal jibaricidio,
tal vez sólo el fratricidio
salve la cara de gil
de un partido que hace poco
en el Congreso era el coco?
Un enigma cifuentino
se cierne sobre Casado,
porque ni Dios ha encontrado
algún correo divino,
o cuatro folios mezquinos,
o algún fichero esotérico,
y por eso están histéricos
los que ven, a la semana,
que les ha salido rana
Pablo, el del máster mistérico.
Un enigma cifuentino
se cierne sobre Casado,
porque ni Dios ha encontrado
algún correo divino,
o cuatro folios mezquinos,
o algún fichero esotérico,
y por eso están histéricos
los que ven, a la semana,
que les ha salido rana
Pablo, el del máster mistérico.
Calcúlale hostias diez mil
de las que te dieron treinta,
toma el lápiz y haz la cuenta:
si por su trabajo vil
al mes se "merece" mil
como exceso de pensión,
y lleva, pues, un millón
en esa infame pedrea
por su lacayil tarea,
para tu lucro propón
algo así como una iguala
de tres mil euros del ala.
Primero, fotos furtivas,
luego, vídeos en la puerta
y el vecino que diserta
con sinrazón afectiva,
después, alguien que escriba,
estilo Truman Capote,
de este lance de machotes,
con libertad de expresión,
más tarde, televisión,
y, cuando nos demos cuenta,
toda la audiencia está atenta.
Si no dejan ni a Solana
entrar al paraíso gringo,
imagina mi respingo
cuando llego a la aduana
como un modesto pelanas,
y al escuchar mi chamullo,
me abordan polis capullos
uniformados de mono
e hidratados de carbono,
y me conducen al trullo.
Un barquito en Santa Pola
sin cagadas de gaviotas,
un trabajo que no agota,
chapuzón entre las olas
con paellita española,
el Marca de única prensa,
y sin decir lo que piensa
del completo carajal
en el pepero corral,
cualquiera que sea quien venza.
Tras lustros de pleitesía
a la Sacra Propiedad,
a sus sesenta de edad,
don Mariano se aburría
y encontró en las plusvalías,
en las propiedades nudas,
en las cláusulas menudas
de las amortizaciones,
condominios y escisiones,
una forma linajuda
de servir al mismo dueño
con talento y desempeño.
Para Génova, un aviso:
ha sido un delito craso
abandonar el dedazo,
pues, tras la lista de occisos
del combate banderizo,
tal vez el PP se pierda
con tanta urna de mierda
y exceso de votaciones
que no traen bendiciones,
al contrario que a la izquierda.
Dachau no está tan lejos,
ni Treblinka es el pasado,
Mauthausen no se ha cerrado,
ni lo de Auschwitz es viejo,
porque el gringo, el gringo viejo,
se atreve a encerrar a infantes
de mejicanos migrantes,
mostrando que la abyección
de Hitler ya tiene un clon
con dos años por delante.
En el tema de Franquito,
poned el grito en el cielo,
lucid el azul del duelo,
boicotead el rito,
negaos a vivir el hito,
porque lo mismo os va a dar,
ya que os basta con sumar:
o afora la francofilia,
o lo paga la familia,
y, en todo caso, exhumar.
Ya lo dijo Fernán-Gómez,
en frase que se recuerda:
¡váyase usted a la mierda!
Yo lo aplicaría al desplome
de un PP en ebullición
que a Margallo reconcome,
y es que la renovación
exige prócer provecto
que llegue con un proyecto
distinto a la defunción.
Dolores Santamaría
y Soraya Cospedal
no es que se deseen el mal,
es que miran como arpías
hasta en las fotografías,
porque saben las muy diestras
que han salido a la palestra
que, una vez Mariano yerto,
la travesía del desierto
viene incluída en la apuesta.
A Feijóo, la cremita,
a Soraya, Cataluña,
a su colega de uñas,
Cospedal, ay, finiquita,
algún extra, quita, quita,
galápago de la pista,
Margallo, que se despista
y tiene edad de cansado,
y el jovencito Casado,
más carreras que un taxista.
,
Urdangarín al talego,
Franco, que cambia de tumba
sin que a la basca le incumba,
Rajoy, las de Villadiego,
Rivera, perdiendo ego
y sonándose los mocos,
el "Aquarius" en el foco,
sanidad universal
y la rosa en el rosal.
¿Algunos se han vuelto locos?
Con las banderas arriadas,
quien fuera primer ministro
vuelve al tranquilo Registro
en una plaza añorada
pues cuarenta años no es nada,
y por eso es conveniente
mostrar a la buena gente
cómo le guardan un chollo
donde sin gran perifollo
se lo lleva más caliente.
Escogeré en la batalla
el blanco de mis venablos,
pues, si me paso un vocablo
diciendo Cospedal falla,
me decanto por Soraya,
y, si disparo a Feijóo,
resplandece Ana Pastor,
y en tanta combinatoria,
debo refrenar mi euforia,
pues si apunto por error,
quizás mi bala de plata
me salga por la culata.
Si crepita El Corte Inglés,
un ministro dura poco
y un míster menos que poco,
si a Iñaki, alteza ex,
se enchiquera por el juez,
si el pepero, sin vergüenza,
pide ceses ya en la prensa
y mete por el postigo
de líder a un narcoamigo,
haya calma, que es propensa
la plebe, entre tanto susto,
a preocuparse lo justo.
Te cuenta el protagonista
de unas setenta y dos horas
sin tardes, noches, ni auroras,
que el torturador franquista
nunca perdía de vista
soltar su anhelo supremo
mientras con placer extremo
daba con alevosía:
"somos sólo policías,
filósofos no queremos".
Sí a que Franco, Franco, Franco
dormite bajo la cruz,
que para eso fue luz
que iluminó los barrancos,
siempre que estén en su flanco
con su maldad insondable
dos vestigios respetables
que compaginan no poco
y son, si no me equivoco,
de Hitler la dentadura,
y de Mussolini el sable.
En los terrenos da juego,
con ambas piernas le pega,
mete goles de estratega,
le puede el oculto ego,
da patadas con sosiego,
en el campo manda, y fuera,
tiene giro de cadera,
da pases como autopistas,
y ni San Pedro le chista
cuando esgrime la chequera.
Sirva la celeridad
con que dimite el ministro
para que quede el registro
de su voluntariedad,
y la parva poquedad
de ese tal comportamiento
en los del azul pigmento
(infestados de chorizos),
lo cual pone en sobreaviso
que no existe hermanamiento
con la forma de actuar
del Partido Popular.
En tu primera semana,
hostia, Máximo, colegui,
junto con el Lopetegui
has armado una tangana
que saca de la ventana
lo de Iñaki en el talego,
así que, por Dios, te ruego
que en minutos cuatro, ó cinco,
dimitas en Telecinco,
y a desvanecerse luego.
Es verdad de perogrullo
que redimir es el fin,
y por eso Urdangarín
tiene que entrar en el trullo,
y hacerlo con mucho orgullo,
cual los infantes de antaño
que subían los peldaños
prestigiosos del cadalso
sin dar ningún paso en falso,
ni implorar ningún apaño.
¿Cabe hacer con este barco
otra cosa que salvar
a los que están en el mar?
¿O la compasión aparco
y del drama me desmarco,
complaciendo a ciertas plebes
con el corazón en nieve
y ayunos de bibliotecas
que no aplauden este ¡eureka!
de Arquímedes cual se debe?
Pues perpetró la caverna
aquella infamante sirla
que desde esa fecha birla
con delincuencia fraterna
al Madrid que aún se gobierna,
justo es un negro homenaje
a la doña del pillaje
y de su fauna y su flora,
que mantiene, por ahora,
un milagroso blindaje.
En los tiempos del enano
Sloan era un gran ungüento
que mitigaba el tormento
que un giro copernicano
de los músculos pelvianos
causaba en el deportista,
y, hoy, Sloan nos insta
a aplicar "tío del bigote"
a tanto "fan" del guapote
que habita entre periodistas.
Muy fané notó a la diestra
por la batalla certera
de este fin de primavera
a cargo de la siniestra,
que su pericia demuestra
con su gobierno coral,
y no va la cosa mal
porque, si el reparo máximo
es que se ha nombrado a Màximo,
la diestra va del ronzal.
Si hay ministros y ministras
y en los modos de las modas
se habla de todos y todas,
se dice fistros y fistras
y la costumbre registra
tanta dúplice abundancia,
expreso mi reluctancia,
pues, así, mi octosílabo
deviene en dodecasílabo
con pérdida de elegancia
(si el poema se somete
al canon del XVII).
En las pasadas semanas
oíamos a los profetas
hablar de las filas prietas,
de que el mecanismo engrana,
del presupuesto que allana
un futuro esplendoroso,
y resulta que un buen mozo
saca un naipe de la manga
y en un par de días les manga
un par de años dichosos,
al tiempo que los profetas
sufren calambre en la jeta.
¿Vuelve Ánsar y no gloso
el perfil de pedernal
del padrino principal
del latrocinio copioso,
que ha acabado entre sollozos
con la hegemonía pepera,
y ahora quiere con Rivera
reverdecer sus laureles,
pegando donde más duele,
tal vez en las posaderas
del demediado Rajoy,
al cual, ¡Dios!, defiendo hoy?
El bulldog Hernando muerde,
Cospedal odia a Soraya,
odia a Cospedal Soraya,
el fiel Maíllo está verde,
Javi Arenas siempre pierde,
Margallo viene de antes,
Casado va de estudiante,
Pastor no creo que compita
y Feijóo pide cremita
al amigo traficante.
El PP ya es Rafa Hernando
y Albert sólo ve españoles,
Pedro Sánchez dice óle
y continúa nombrando
a Borrell, y cabreando,
eso sí, sólo un poquillo,
a Quim Torra, de amarillo,
porque la pela es la pela,
y el vasco ganó la tela
con su pirueta de pillo.
Babea la maledicencia
porque ha pasado a la historia
el que cien tardes de gloria
les dio con su balbucencia,
y pide la concurrencia
que en el club de la comedia
deleite su logopedia,
ya que su "mucho españoles"
gusta a muchos españoles,
y eso ni Dios lo remedia.
Mucho personal opina
que We can y confluencias
van a aprender de la ciencia
de guardarse las inquinas
por cuestiones de doctrina,
y no venir con las prisas
sabiendo lo de Syriza,
porque aquí lo que se usa
es montárselo a la lusa,
ya que la diestra insumisa
y todas las clases altas
están siempre a la que salta.
Ni siquiera le han traido
los muebles a La Moncloa
y ya le han puesto la proa
a Sánchez el renacido,
pese a que es bien conocido
que, a modo de cortesía,
hay que respetar cien días.
¡Ni tantito una semana
se han aguantado las ganas
de morderle la jauría!
Mientras que el turiferario
que hoza en el Pirulí
sea lancero gaviotil
y se muestre partidario
de alzar el público erario
manipulando noticias
desde la diestra propicia,
iremos todos de negro
reclamando el reintegro
de las neutrales albricias
del gobierno Zapatero.
¡Esto, Pedro, lo primero!
Pedro Sánchez, ¿qué le has hecho
a la prensa gacetilla
que contra tu fe se artilla
con cañones y pertrechos?
¿Es el deseo insatisfecho
de que venga un tal Rivera,
que, viendo el tiempo de espera
con los ojos como platos,
lamenta un rojo mandato
por la censura certera?
Con los bíceps del Hernando,
la inmortalidad de Arenas,
Soraya penita pena,
Zoido con el mazo dando,
el Feijóo, gallegueando,
Fernando Maíllo cazurro,
la Cospedal en plan burro,
Rivera como auxiliar
por lo que pueda pasar,
y tántos buscando curro.
